Al evaluar el poder del arzobispo de San Antonio, Jose Gómez, su ex jefe, el arzobispo de Denver, Charles Chaput, dice de manera entusiasta, "A el lo escuchan en el estado de Texas y en la Conferencia de Obispos de Estados Unidos. Lo escuchan en Roma. Y creo que el gobierno federal lo escuchara cuando traten asuntos relacionados con las leyes de inmigración".
El ano pasado, Gómez fungió como obispo auxiliar, trabajando para Chaput en Denver. Pero en diciembre, el papa Juan Pablo II colocó al modesto clerigo de 53 anos por encima de cientos de obispos para ser el centro del futuro del catolicismo en EE.UU. Los hispanos constituyen el 39% de la iglesia católica en Estados Unidos y para el 2020 seran una mayoría, segun dirigentes de la iglesia. Y Gómez es el unico arzobispo hispano de la nación.
Nacido en Monterrey, Mexico, Gómez disfruta de una excelente relación con el poderoso Obispo de la ciudad de Mexico y es una referencia obligada para los legisladores sobre los asuntos de la inmigración. Su larga filiación con el grupo conservador Opus Dei le ha garantizado la confianza doctrinal del Vaticano y el apoyo y la red de información del alto mando en Roma. Pero a pesar de su ortodoxia, Gómez es un conciliador por naturaleza, admirado por unir al rico y al pobre y los católicos anglosajones e hispanos detras del Centro Juan Diego de Denver, un híbrido de instrucción religiosa y servicios sociales dedicado a los latinos y que ha servido como modelo en su clase en el país. Por anos se ha manejado que el papa debería nombrar un cardenal hispano en el sur de Estados Unidos, pero el predecesor de Gómez en San Antonio, la sede lógica para el puesto, era demasiado independiente teológicamente hablando-, para los gustos de Roma. Gómez esta mucho mas en sintonía.